[2 Pedro 3.18]
Ahora que usted ha comenzado una nueva vida, seguramente querrá aprender más sobre cómo estar cada vez más cerca de Cristo. La Biblia dice que esto es “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3.18).
(Nota importante: Si todavía usted no ha experimentado la salvación de su alma ó no ha nacido de nuevo, presione aquí )
Estas son algunas cosas que le ayudarán a comenzar a crecer como cristiano:
La Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Además de revelar la Buena Noticia del perdón y la vida eterna, puede responder a las muchas preguntas que le surgirán al intentar vivir una vida que agrade a Dios. Ella le permitirá estar “enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:17).
He aquí algunas sugerencias para comenzar a leer la Biblia diariamente:
Propóngase leer los libros del Nuevo Testamento en el siguiente orden:
Piense en lo que ha leído; estúdielo y analícelo. Pida a su pastor o a un amigo cristiano maduro que le recomiende una buena guía para el estudio bíblico. La Biblia no sólo nos revela a Dios; también contiene mayor sabiduría que todos los demás libros del mundo.
Hable con Dios a menudo. Coméntele sus problemas. Permita que él lleve el peso de sus aflicciones. (Ver Mateo 11.28; 1 Pedro 5.7.)
Alabe y agradezca a Dios por quien él es y por lo que ha hecho por usted. Admita sus debilidades. Confiese todo pecado específico del que tenga conciencia. Ore para que otras personas también reciban a Jesucristo como su Señor y Salvador.
Sugerencias para su tiempo devocional diario:
Dios es, en realidad, tres personas en una: Dios el Padre, Dios el Hijo (Jesucristo) y el Espíritu Santo. La Biblia enseña que el Espíritu Santo vive realmente dentro de cada persona que cree en Cristo. (Ver Juan 14.16-17.) La Biblia dice que el Espíritu Santo, al vivir en su interior, es su consejero, y le ayuda a comprender la verdad revelada en la Palabra de Dios: “El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14.26).
El Espíritu Santo le enseñará, le guiará, y le fortalecerá en sus tiempos de necesidad.
Cuando usted recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador personal, comenzó una relación, no sólo con él, sino con todos los demás cristianos. Sea lo que fuera que haya significado para usted en el pasado, ahora ir a la iglesia puede convertirse en una experiencia rica y satisfactoria:
Descubrirá que cuanto más se entregue en servicio a los demás, más disfrutará de su vida cristiana. Hable con su pastor sobre las formas y oportunidades de servir a Cristo y de testificar de él. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2.10).
Puede haber momentos en que usted dude de ser realmente un hijo de Dios:
Cuando le sucedan estas cosas, es importante recordar que usted no es salvo o salva por ser una persona buena sino por lo que Cristo ya hizo por usted. Piense en esta verdad que le traerá paz y seguridad: Si ha recibido por fe a Cristo como su Salvador, usted es ahora un hijo o una hija de Dios.
Demasiadas veces, permitimos que la ansiedad nos domine. Nos preocupamos hasta enfermarnos, pensando en lo que puede suceder mañana. ¡Nos hacemos problema por las cosas aun antes de que existan!
Los contratiempos, los problemas de salud y cualquier experiencia de sufrimiento adquieren una perspectiva nueva cuando usted tiene a Cristo en su vida:
Las tentaciones son parte de la vida. Lo eran antes que usted recibiera a Cristo, y continuarán siéndolo. No es pecado tener pensamientos equivocados de vez en cuando; pero sí es pecado decidir detenerse en ellos una y otra vez. La Biblia dice: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26.41). Cuando Jesús fue tentado en el desierto, respondió al diablo citando las Escrituras. Tres veces le dijo: “Escrito está…” (Mateo 4.4,7,10). Esté preparado para la tentación, por medio de la oración y del conocimiento de la Palabra de Dios.
La Biblia dice, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10.13).
Esté preparado para hacer uso de la “salida” que Dios ofrece para la tentación, ya sea que “huya” de la escena de la tentación (1 Timoteo 6.11), o que permanezca en ella y la “resista” (Santiago 4.7).
Hablarles a los demás acerca de su nueva vida en Cristo, con sus palabras y con su vida, puede ser una de las experiencias más satisfactorias y emocionantes que jamás haya vivido. El apóstol Pedro nos anima a estar siempre “preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3.15).
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Jehová te bendiga, y te guarde. [Números 6.24]
La armonía es el equilibrio de partes distintas para tomar un todo y esa unión siempre connota belleza, que esta presente en toda la creación de Dios, es como el día y la noche, la tormenta y la calma, las notas graves y agudas que forman una melodía o las distintas partes de un engranaje que al justarse mueven un todo.